El riesgo de incendio es inherente a la actividad humana desde que nuestros antepasados descubrieron el fuego y lo introdujeron en su vida cotidiana (cocinar alimentos, calentarse, transformar el metal, protegerse...). Desde entonces, el fuego y el ser humano han viajado conjuntamente hasta nuestros días.
A veces, no ha sido un viaje amable, sino lleno de desgracias, pérdidas irreparables y destrucción de todo tipo de material (bibliotecas, ciudades, teatros...). Desde los primeros "vigilantes del fuego" de la antigua Roma hasta la aparición de los incipientes cuerpos de bomberos tal y como los conocemos ahora, el ser humano ha convivido con el fuego y ha luchado contra él. La Revolución Industrial y la redacción de las primeras normativas contra incendios en el s.XIX daron un paso más para seguir luchando con seguridad contra el fuego.
Esta tecnología también está pensada para paliar los efectos devastadores de los incendios. Actualmente, y cada vez más, los centros, establecimientos o industrias se dotan de sistemas de protección contra incendios más eficaces, para proteger a las personas y salvaguardar sus bienes cuando se produce un incendio. Para que el riesgo cero, no existe.
Pero realmente, ¿sabemos qué hacer ante un incendio o en una fuga de riesgo químico? ¿Sabríamos cómo actuar en una situación de estas características? ¿Tenemos en cuenta la población más vulnerable a la hora de elaborar un plan de autoprotección? Y, sobre todo, ¿sabríamos escoger la mejor opción sin poner en peligro nuestra integridad o la de nuestros compañeros, animales de compañía o familiares?
La respuesta a todas estas preguntas es compleja y nunca podrá tener una única solución, dado que, en cada emergencia y con la implicación del fuego, el humo o las fugas de productos químicos, pueden concurrir situaciones diversas y diferentes.
Sin embargo, desde aquí, os podremos guiar, asesorar y formar en aspectos básicos sobre la lucha contra incendios basándonos en la experiencia, la normativa vigente y los conocimientos adquiridos a lo largo de los años.
Además, habrá que estructurar o crear una organización en emergencias para que las personas con responsabilidades, estén formadas cuando deban tomar una serie de decisiones que deberán ir encaminadas, en caso de emergencia, a coordinar una posible evacuación del edificio o , en algunos casos, el confinamiento.
Por ello, desde este lugar, os animamos a dotaros de herramientas que puedan formaros en la autoprotección y os sirvan para organizar y coordinar las posibles situaciones de emergencia que se puedan producir y minimizar sus consecuencias.